José Ángel Solorio Martínez
Opinión (Lunes 1 Abril 2024).- El tema del alcalde de Reynosa, Makyito Peña Ortiz, es inacabable. (Unos dirán: ya chole; y con razón: ha corrido tanta tinta sobre el asunto, que ya parece haber una insoportable saturación. Pero no: siguen encadenándose conductas al parecer delictivas, de la familia reynosense más nociva que se recuerde en la ciudad).

Le han retirado sus derechos políticos al alcalde; el papá Makiavélico, tendrá que enfrentar a la Justicia por las amenazas y agresión al abogado Marcelo Olán Mendoza; doña Maky –María Esther– tendría que explicar por qué mintió ante las Oficiales del Registro Civil y firmó documentos oficiales con un nombre ficticio.

A todo eso, se debe adicionar, otra pifia legal del Makyiavelito: mintió ante una autoridad judicial. En la gestión del más reciente de sus múltiples amparos, afirmó ser el titular del Organismo Autónomo Descentralizado, responsable del Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes en Reynosa.

¿Qué intentó Makyito con esa engañifa?

Se infiere: hacer creer al juez, que tiene fuero.

En efecto: los titulares de los OA, en Tamaulipas, por mandato legal, poseen fuero; esto con el objetivo de evitar sea presionado por los Poderes del estado y otorgar garantía a esos funcionarios para accionar sin presiones de otra autoridad.

En la vieja legislación, los presidentes municipales, los ediles, contaban con fuero.

Ya no.

Sólo los Organismos Autónomos.

Por esa razón, Makyiavelito, intentó sorprender al juez para que emitiera el amparo; no se ve, que la estratagema del presidente municipal pueda ser exitosa. Y menos, cuando se le entere al juzgador, la falsedad de declaraciones en que está incurriendo el cachorro de los Makyiavélicos.

Es decir: esa declaración evidentemente falsaria, es motivo para que se emita otra indagación de carácter penal.

O sea: otra falla monumental de sus asesores.

Nada menor: usurpa una función en el Ayuntamiento, para la cual no fue nombrado e intenta picar los ojos a una instancia del Poder judicial.

Se presume que, con esa información manipulada, el Juez concedió un amparo al Makyito.

¿Acaso el Juez, dejará pasar por boba la soberbia actitud de Peña Ortiz?

¿Ese Juez, está limpio, toda vez que es público y notorio que Peña Ortiz, es presidente municipal de Reynosa?

¿Por qué extendió la protección de la Justicia a un sujeto que evidentemente falsea documentos oficiales?

¿Los Tachos, dejarán pasar esta oportunidad para auxiliar a su jefe y conductor de la IV T en Tamaulipas?

¿Los Atanasios, siguen en babia?

¿Y las áreas legales de la administración de Américo Villarreal Anaya?

Al parecer, Tacha y su consorte andan de vacaciones.

Se colige: les valen los problemas jurídicos que amenazan con impactar negativamente en la gobernabilidad del estado.

Algo está mal en las acciones de los jueces en Tamaulipas.

El Poder judicial, ampara a delincuentes contumaces; tiene un rezago de resoluciones monumental; ha comercializado la justicia; ningunea a los pobres en la impartición de justicia y muy pocos pasan la prueba de una investigación de sus estados financieros.

El caso de Makyito, es apenas un indicio menor de cómo se las gastan los Poderes judiciales en la región

Lo realmente cierto, es lo que evidencia la conducta de los Makyiavélicos: su desdén por la Ley y el Estado de derecho.